Así, con su rostro pálido y
frío
porque la luna lo refleja
claro.
Así, de hielo, con su alma
encendida
cuando su piel sabe a
salado.
Y guardaré todos los tesoros
para no volver a tocarlos.
Tengo miedo de dejarlos caer
y tal vez pueda perder
si continúo acariciándolos.
Así, nostálgico su cuerpo
cuando el sudor brilla
helado
como roció cristalino
mientras sigue evaporando.
Y no dejaré que me ames
la lluvia ha deformado
la geometría esperada.
Así, esforzándose suave
como siempre lo hace
sin uniformes en sus manos.
Así, relajándose serenamente
como nunca lo hizo antes
con la templanza de un
alado.
No me esperes en Septiembre
el humus sigue estéril
y los pétalos no intentan
ser besados con tus labios.
Así, fumando para morir
sintiéndose estimulado.
Así, alerta por ser etéreo
sin motivos por haber
jugado.
Pero no inicies los
huracanes
con tus ganas de abrazarme
que no puedo sentir más
que el fuego extinguiéndose
cuando quedás así
dormida
después de saborear ese
dulce y tierno néctar
marino.
Así, expectante
descansando a mi lado.
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